Este chef estadounidense revolucionó la cocina de su Oregón con las técnicas vanguardistas que aprendió en el español Mugaritz. Una labor que le valió, al mando del restaurante Castagna, el premio The Oregonian’s 2010 Restaurant of the Year, un trampolín para dos años después instalarse en Nueva York para encargarse de la cocina de Atera, restaurante de Manhattan para el que consiguió dos estrellas Michelin en tan solo seis meses. 

Pero a pesar de estar en la cresta de la ola, Lightner decidió “retirararse” a su Oregón natal donde ahora regenta Okta, un restaurante en completa armonía con la naturaleza que se encuentra en un pequeño hotel que cuenta además con una granja.

Inspirándose en los paisajes y lo que ofrece el Willamette Valley, Matthew Lightner ha creado un menú degustación en perfecta sintonía con el terroir de la zona y la cadencia de sus micro-estaciones.