Benjamín Lana, nuevo director del congreso, ha presentado la de Leonor Espinosa (Leo, Bogotá) como una de las ponencias más interesantes de este congreso y, desde luego, lo ha sido por su contenido y por su forma de presentarlo. En palabras de Lana, ella es “uno de esos muy pocos cocineros que consiguen cambiar la mentalidad de la generación de un país e incluso un continente. Es una activista de la cultura con una visión completamente disruptiva”. Con ingredientes de todo el país y de incluso otras civilizaciones “ha elaborado platos imposibles. Y ha logrado que los cocineros de su país quieran cocinar Colombia”.

La ponencia de la cocinera colombiana comenzó con la proyección del documental ‘Pozoneros. Sin adjetivos’ con el que los asistentes han podido conocer algo más sobre la cocina colombiana y la complicada situación y evolución de aquel país. Lo hace por medio de la vida de cinco cocineras colombianas “lideresas” que cuentan cómo es su vida, cómo el conflicto les ha golpeado y qué supone la cocina para ellas.

Tras la proyección, la cocinera ha tomado la palabra para explicar su proyecto en El Pozón, un barrio de Cartagena con serios problemas y muy cercano en la geografía al conflicto armado. “Presenta unos desafíos y problemáticas porque la mayoría de los residentes viven bajo el umbral de la pobreza”, ha explicado. “La delincuencia está muy presente y, si este documental se llama así, es porque cuando uno dice que vive allí, siempre le ponen un adjetivo despectivo”, ha proseguido.

Como toda problemática, tiene unas posibles soluciones: “Inversión en infraestructuras, programas de desarrollo económico y empleo, mejora de vivienda, inversión en seguridad ciudadana, una educación de calidad o atención médica son algunas de ellas”, ha enumerado. La fundación de Espinosa, Funleo, cuyo lema es gastronomía para el desarrollo, tiene como objetivo fortalecer el tejido social promoviendo la cocina caribeña y el emprendimiento local desde un restaurante comunitario y un mercado de productos locales. “Es un proyecto muy ambicioso y que generará bienestar y por ello estamos buscando apoyo económico”, ha afirmado.

Alma y no técnica

En la parte más gastronómica de la ponencia, Espinosa ha contado qué se lo que se come en El Pozón: “El arroz es un símbolo de libertad en Colombia y la cangreja es un plato identitario. Es un arroz muy diferente, con un fondo que es un guiso de cangrejos”. Los congresistas han podido probar esta receta.

Antes de terminar, Espinosa ha querido lanzar un mensaje a los cocineros más jóvenes y no ha sido otro que “la técnica nunca debe estar por encima del alma”. Y es que la suya es “una cocina que imprime el alma y se asocia con la creatividad, la pasión y la cultura gastronómica. Esa, y no la técnica, es la verdadera razón de ser de la cocina. En mi propuesta culinaria es imperante esa profunda conexión con la cultura y la tradición gastronómica”, ha finalizado.